









Pues de camino a casa, nos fuimos a
Mollerussa a
Expoclassic, salón del vehículo clásico. La visita no desmereció en absoluto; muchísima moto, que es lo que nos gusta, y mucho coche, que
también nos
molan.
La verdad que en éstos salones nos podemos pegar horas haciendo fotos y mirando, el paraiso de los amantes del motor, historia pura del motociclismo y del automovilismo.